¿A quién quieres más? ¿A Brass Lancashire o Brass Birminghan? La pregunta, ahora que ha llegado ya a tiendas la esperada versión en español, recorre los foros y mentideros lúdicos de todos los que aún no han descubierto este gran clásico.
Desde mi humilde posición de 7 partidas a Brass Birminghan y 4 partidas a Brass Lancashire (la verdad por delante, no son ni de lejos muchas partidas ni todas las que te pueden dar estos dos grandes juegos) voy a intentar hacer un análisis de cada uno de los dos para que tengáis claro cuáles son sus diferencias y cuál os puede venir mejor.
Mecánicas
A nivel mecánico ambos son el mismo juego y se juegan prácticamente de la misma manera. Tanto es así que podríamos afirmar que «Brass Birminghan» se trata más de una variante que de otro juego aparte. Bien podría haberse comercializado perfectamente como una expansión de mapa al estilo de Clank! o Alta Tensión.
Pero vamos al grano. ¿Qué diferencias hay entre uno y otro?
La primera, y más evidente, es el mercado. En Brass Lancashire podemos vender nuestras industrias (algodoneras) a un mercado seguro, que es el de los astilleros (tanto nuestros como rivales). Si no hay astilleros, debemos vender al «mercado exterior» en el que la demanda irá bajando gradualmente, dando menos dinero cada vez, hasta dejar de aceptar pedidos, pudiendo producir una interrupción en nuestra venta y dejándonos con esa algodonera tan importante sin vender…
En Brass Birminghan, por su lado, el mercado es mucho más controlado. Esta vez el mercado es fijo y se distribuye por los bordes del mapa dependiendo del número de jugadores. No tenemos astilleros, por lo que para poder vender nuestras industrias tendremos que usar cerveza, un nuevo recuso que nos lo proporcionarán las cervecerías que construyamos (o las que construya el rival, si logramos aprovecharnos).
El añadido de la cerveza, sumado a un mercado más predecible y controlable, hace que Birminghan tenga un toque algo más «estratégico» que Lancashire, ya que nuestra posición en el mapa y el tempo con el que llevemos la partida serán aún más importantes. Especial mención merece la inclusión también de dos nuevas industrias, las fábricas y alfarerías, que expanden nuestras posibilidades a la hora de trazar estrategias.
El resto de cambios entre una edición y otra son menores, como un mayor mercado de carbón (pudiendo llegar a costar hasta 8), el inicio de ese propio mercado vacío o el cambio en el uso de comodines, que ahora son dos cartas diferenciadas en vez de una sola acción comodín. Mecánicamente el juego, en esencia, es igual, siendo quizás Birminghan más estratégico y «apretado» que Lancashire.
Breve apunte para 2 jugadores
Aunque un servidor no ha jugado a ninguno de los Brass a dos jugadores, cabe decir que ambos dos se adaptan de forma diferente a este número de personas. En Brass Lancashire se ha adoptado una de las variantes más extendidas durante años, con el reverso del tablero modificado específicamente para dos jugadores (quitando espacios y haciéndolo más apretado). También añade unas cartas específicas para dos jugadores.
Existe otra versión nueva en la que, en vez de usar el tablero opcional, se eliminan cartas del mazo, algo más al estilo de lo que hace Birminghan.
En Brass Birminghan la escalabilidad es más natural, ya que los propios mercados que hay a los bordes del mapa se van reduciendo según se reduce el número de jugadores. Se juega siempre con todo el mapa, pero las cartas que se reparten y los mercados que se distribuyen hacen que las partidas se adapten al número de jugadores de forma muy natural.
Estética
Una de las críticas más recurrentes a la nueva edición de Brass es su estética, oscura y poco clara para algunas personas. Aunque es una opinión respetable, el arte ha sido claramente lo que ha llevado a esta nueva edición de Brass a la posición que realmente merecía, ya que la anterior edición se había quedado muy anticuada tanto en estética como en componentes.
Dicho lo cual, las diferencias a nivel estético entre ambas obras son mínimas. Ambas comparten artistas, por lo que el estilo es el mismo. La unica diferencia notoria es que Birminghan incluye un lado «de día» tanto en el tablero como en los tableros personales de cada jugador, donde se ve con algo más de luz el propio mapa.
Esto realmente a la hora de jugar es irrelevante, ya que las localizaciones y fichas, tanto en un Brass como en el otro, se ven perfectamente y no suponen una restricción.
Como anécdota, los dos mapas están recreados a tal nivel de detalle que incluyen edificios históricos de cada localización, hechos a conciencia siguiendo mapas y recreaciones de aquella época.
Componentes
Llegamos a otro punto donde las diferencias también son escasas entre ambas ediciones. Comparten la mayoría de componentes: Las mismas fichas de cartón, los mismos cubos de carbón y hierro…
Las únicas diferencias notables, si acaso, se reducen al hecho de que Birminghan incluye unos barriles de madera curiosones para representar la cerveza, así como las nuevas cartas de comodín.
¿Retail o Kickstarter?
Esta es otra gran pregunta que quizás muchos se hagan, pues antes de salir a tiendas Brass tuvo una exitosa edición de kickstarter en las que se incluían unas fichas de póker que sustituían a las monedas de cartón, así como un reborde negro para los propios tokens del juego.
Las diferencias se reducen a eso por lo que… ¿Merece la pena lanzarse a por una versión kickstarter? Lo que quizás muchos desconocen es que aún es posible comprar una de estas ediciones directamente a Roxley (se hace en esta web: https://brassgame.backerkit.com/hosted_preorders) por unos 98 dólares canadienses, que al cambio vienen a ser sobre los 66€ más gastos de envío, con lo que se puede poner sobre los 80€ fácilmente.
¿Merece la pena gastarse 20€ más por las fichas de póker? Pues lo cierto es que dependerá de cada uno y lo que busque. La edición de Maldito siendo honestos ha salido algo cara, a 60€ PVP, por lo que desembolsar otros 20€ más por la inclusión de fichas de poker puede parecer algo innecesario.
Las fichas son espectaculares, todo sea dicho, y mejoran gratamente la experiencia de juego, ya que el tacto no alcanza el de unas fichas profesionales (estas son mucho más caras). Aún así, si te interesan las fichas de póker, es mejor opción meterse en el preorder de las Iron Clays, que son los sets completos que ha sacado Roxley Games debido al gran éxito que tuvieron las fichas de póker de Brass. (El enlace al preorder es este: https://iron-clays-and-spades.backerkit.com/hosted_preorders)
Para el Brass solo necesitáis las «Iron Clays 100», que os incluyen fichas de sobra. Aún así, podéis estudiar los otros niveles de aportación si queréis un buen set de fichas de póker para el resto de vuestros juegos económicos.
Y eso es todo. ¿Tenéis alguna duda más? ¿Todavía no os decidís? Recordad comentar vuestras inquietudes en la caja de comentarios o entrar directamente en nuestro telegram para preguntarle a los muchos jugones que ya están disfrutando de ambos Brasses: https://t.me/eldadounico
¡Gracias por el post! Yo soy de los que siguen dudosos entre cuál de los 2 Brass comprar, en especial, para jugar a 2 jugadores que es el número al que casi siempre juego. Unos dicen que Lancashire y otros Birmingham (por ser más pulido). Me gustaría saber con cuál te quedas tú y por qué y sobretodo en mi lugar cuál me aconsejarías. Un saludo.
Buf… ¡Difícil respuesta! Yo como comento en el post no suelo jugar a 2 y no he probado a 2 ninguno de los Brass. Si se, por lo que me han comentado, que ambos juegos van fenómeno a ese número de jugadores, así que elijas el que elijas no te vas a equivocar.
Sabiendo eso, mira los aspectos generales de cada uno y elige el que más te guste, ya que ninguno de los dos es superior a 2 jugadores que el otro.
Buenas tardes, según https://misutmeeple.com/2019/09/resena-brass-birmingham/ el Birminghan funciona algo mejor. Un saludo.